Meteorología y climatología de Navarra
Factores que influyen en el clima de Navarra - Meteo Navarra

Factores que influyen en el clima de Navarra


Dos factores influyen principalmente en el clima de Navarra: la circulación de la atmósfera (centros de altas y bajas presiones, masas de aire y frentes) y las características geográficas propias del territorio navarro (situación, altitud, disposición del relieve).

Circulación atmosférica

Navarra, situada entre los 41º53' y 43º20' de latitud norte en la zona meridional de Europa occidental, se ve influida por la banda sur de los vientos del oeste. Estos suelen estar más próximos en invierno, más alejados en verano, y adoptan posiciones intermedias en primavera y otoño. Al desplazarse sobre el océano aportan humedad y son los responsables de las precipitaciones en Navarra cuando atraviesan nuestro territorio. La parte norte de Navarra, valles cantábricos y pirenaicos, por su situación más septentrional, está más expuesta a estos vientos húmedos que la cuenca del Ebro, debido a su posición más meridional.

Los centros de acción influyen en el tiempo diario de Navarra. Los centros de altas presiones o anticiclones dan lugar a días secos y despejados. El anticiclón de las Azores, que forma parte del cinturón de altas presiones subtropicales, es como una barrera que impide el paso de los frentes de lluvias. Su posición varía, pues en verano alcanza posiciones septentrionales y en invierno se retira hacia dominios más meridionales. Es el responsable del tiempo seco y soleado, más o menos cálido según las estaciones del año. Durante el semestre frío aparecen los anticiclones polares del Este Atlántico y continentales de Europa Central que dan lugar a días fríos, sobre todo en invierno, con presencia de heladas o de nieblas.

Los centros de bajas presiones son los responsables de las precipitaciones en Navarra. Las depresiones atlánticas, que sustituyen en algunas ocasiones a los anticiclones, atraen hacia Navarra a los frentes polares de lluvia y tienen más fuerza en invierno y en primavera. La depresión de las Azores da lugar a borrascas y gotas frías que sólo originan lluvias en Navarra si atraviesan la Península. Las borrascas del golfo de Génova (baja Ligur), si circulan vía valle del Ebro también suelen ser lluviosas.
Lluvia y doble arco iris en la Sierra de Leire
Los citados centros envían a Navarra distintas masas de aire. Las tropicales son cálidas por su procedencia, húmedas o secas, según sean marítimas o continentales, y llegan principalmente en verano. Las polares, originadas en las altas latitudes, son frías, húmedas e inestables cuando siguen una trayectoria oceánica, y secas si atraviesan los continentes. Más raras son las árticas que dan lugar a las temidas olas de frío. Las masas de aire tropicales y polares, o las polares frías y templadas, entran en contacto y forman los frentes de lluvia, que llegan a Navarra principalmente del oeste (noroeste, sudoeste) y originan fuertes lluvias. También suelen ser muy lluviosas las corrientes del norte, que dan lugar a chubascos con precipitaciones intensas.

Características geográficas

Los centros de acción, masas de aire y frentes descritos anteriormente, en contacto con el territorio de Navarra adquieren rasgos peculiares que se plasman en unos matices climáticos propios. No cabe duda de que uno de los factores que más inciden en el clima de un lugar es el relieve, que en Navarra se caracteriza por su variedad. Esta diversidad orográfica da lugar a una variedad climática.

La altitud juega un papel importante en el clima de Navarra. La mayor parte de nuestro territorio se sitúa entre los doscientos y mil metros, por lo que se trata de una montaña media que no supone un obstáculo insalvable a las masas de aire que vienen de latitudes septentrionales; así los frentes polares no sólo afectan a los valles cantábricos del norte de Navarra, sino que extienden su radio de acción a otras comarcas situadas al sur de los mismos.

Otra cuestión que no debe de pasar desapercibida es la orientación de las montañas. Gran parte de las sierras navarras tienen una orientación zonal, es decir, oeste-este y los valles y ríos las atraviesan en dirección norte-sur; por lo tanto, las masas nubosas dominantes que vienen del norte y del noroeste, al chocar con estas montañas se estancan, ascienden y precipitan en la parte norte, y llegan secas a la parte sur.

Se pueden distinguir dos zonas contrastadas con respecto al relieve en Navarra: la Montaña navarra y la cuenca del Ebro. La primera está formada por los Pirineos, la cadena divisoria Cantábrico-Mediterránea y las cuencas intermedias. La segunda, separada de la Montaña por las sierras exteriores (Cantabria-Codés, Lóquiz, Urbasa-Andía, el Perdón, Aláitz-Izco y Leire), comprende la Navarra Media y la Ribera. Los Pirineos y la cadena divisoria se caracterizan por la presencia de una complicada orografía que origina a su vez una diversidad climática amplia. Conviene detenerse en explicar el papel fundamental que desempeña en el clima la cadena divisoria Belate-Azpirotz. Ésta, al mantenerse normalmente por debajo de los mil metros, a diferencia de lo que ocurre con la cordillera Cantábrica en Asturias, hace que el paso del clima oceánico lluvioso al mediterráneo seco no se realice bruscamente sino de un modo gradual, dando lugar así a numerosos matices climáticos intermedios. Además la cadena divisoria realiza un papel de pantalla con respecto a los frentes lluviosos del norte y del noroeste.

De la cadena divisoria hacia el Cantábrico se encuentran las montañas del norte de Navarra, cuyos accidentes más importantes son los macizos de Bortziriak/Cinco Villas y Kintoa/Quinto Real. El papel climático de estos macizos es importante, pues son las primeras estribaciones montañosas opuestas a las masas de aire procedentes del Cantábrico. Se trata, así pues, de auténticas pantallas de humedad con las que chocan las masas nubosas marinas, las cuales producen altas precipitaciones en los lugares, como Artikutza, situados al pie de estas montañas.

En el noreste de Navarra se encuentran los Pirineos, que dan lugar a las montañas más altas de Navarra. Los Pirineos centrales, por su situación más occidental, están más abiertos a las influencias del Cantábrico. Los Pirineos orientales, por el contrario, son más elevados y se encuentran más alejados de las influencias marinas. La elevada altitud, la quebrada orografía y la pendiente son causa de un invierno largo y frío y de un verano corto. La complicada compartimentación del relieve da lugar a estancamientos, exposiciones diferentes, inversiones térmicas, vientos encajonados y turbulencias, lugares soleados y umbrosos, que, de alguna manera, modifican las masas de aire.

Entre los Pirineos y la cadena divisoria por una parte, y las sierras exteriores por otra, se encuentran tres pasillos intermedios, que son el corredor del Arakil y las cuencas de Pamplona y Lumbier-Aoiz. Se trata de comarcas entre montañas y a cierta altura, por lo que las masas de aire estancadas en condiciones anticiclónicas, con poco viento, se calientan y se enfrían según la estación del año. Asimismo son zonas de acumulación de aire frío en invierno principalmente, pues el aire frío de las montañas desciende a las cuencas, dando lugar a inversiones térmicas con niebla y frío en las zonas bajas y cielo despejado y temperaturas más elevadas en las cumbres, como la de la imagen, tomada desde la Sierra de Aralar:
Inversión térmica, San Miguel de Aralar
El corredor del Arakil y las cuencas intermedias están interrumpidas en su parte meridional por las sierras exteriores prepirenaicas, que forman las últimas montañas que separan la Montaña navarra de la cuenca del Ebro. Se trata de un conjunto montañoso que con orientación oeste-este se extiende desde la mitad occidental a la oriental de Navarra (Cantabria-Codés, Lóquiz-Urbasa-Andía, Perdón-Aláitz-Izco y Leire). Realizan estas sierras el papel de última pantalla climática de Navarra, por lo que resulta más lluviosa la cuenca de Pamplona que la Navarra Media.

La cuenca del Ebro es una cuenca cerrada a las masas de aire nubosas, por lo que se comporta climáticamente de un modo diferente al del resto de las zonas. El clima se continentaliza y se hace más seco, y en verano hacen su aparición las lluvias de tormenta, a veces acompañadas de granizo. Además adquiere una fuerza importante el cierzo como viento típico de la zona.


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